El sábado me quedé en casa, estava muy resfriada y me dispuse a ver un documental que hacían en la 2, era sobre los niños en Uganda, niños y niñas raptados por el ejército de la resistencia, vidas destrozadas a los 10, 12 o 14 años,......violencia por violencia, y un sinfin de experiencias sin sentido.
En ese momento me dí cuenta de dos cosas:
1. es necesario tener información para aprender a valorar lo que tenemos
2. tenemos la responsabilidad y la obligación de hacer algo por los demás
Viendo los ojitos de estos niños, algunos sin orejas, otros sin dedos, te das cuenta que algunos hemos venido a vivir en un globo azucarado? Hay tanta miseria humana, tantos sentimientos fustrados y tantas experiencias traumáticas....
Des de mi humilde blog pongo algo de inormación sobre una realidad que aunque parezca de película acontece cada día, y que destroza la vida de muchisimos niños y niñas, de ojos tristes que solo quieren tener una vida normal y digna.
La República de Uganda es un país en la parte centro-este de África. Limita al sureste con el Lago Victoria, al este con Kenia, al norte con Sudán, al oeste con la República Democrática del Congo y al suroeste con Ruanda y Tanzania. La capital de Uganda es Kampala
La bulliciosa ciudad capital de Kampala, localizada al sur, ejemplifica la trasformación de Uganda. Un país que ha avanzado de una economía plagada por la decadencia hasta colocarse en el camino de la prosperidad. Con un crecimiento reactivado del PIB de más del 8% en los últimos tres años, Uganda es visto por otras naciones africanas como una historia convincente de esperanza. Sin embargo, la sublevación armada en el norte y en el este de Uganda ha ocasionado uno de los mayores desplazamientos de personas en África.
La rebelión de 18 años contra el gobierno encabezada por el Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés) ha obligado a más de 1.6 millones de ugandeses -la mitad de ellos niños- a huir hacia campamentos miserables y atestados para poder escapar de ataques y matanzas sin sentido. El número de personas internamente desplazadas casi se ha triplicado desde el 2002. Los ataques sobre objetivos civiles vulnerables continúan y son efectuados por niños soldados mucho más jóvenes que sus víctimas.El aspecto más desconcertante de esta crisis humanitaria es el hecho de que se trata de una guerra combatida por niños contra niños - los menores constituyen casi el 90% de los soldados del LRA. Algunos reclutas tienen tan solo ocho años de edad y son enlistados por la fuerza durante los ataques a los pueblos. Los niños son tratados con brutalidad y obligados a cometer atrocidades contra sus compañeros plagiados e incluso contra sus hermanos. Los que tratan de escapar son asesinados. Para quienes viven en constante miedo, la violencia se convierte en un modo de vida y el trauma psicológico es incalculable. Por temor al secuestro, oleadas de niños, a menudo en compañía de sus madres, abandonan sus hogares cada noche y caminan durante horas, desde los pueblos vecinos para alcanzar a la seguridad relativa que ofrecen las principales ciudades, sólo para caminar de regreso a casa al despuntar el alba. Aproximadamente 40,000 "viajeros nocturnos" duermen bajo puentes, en escuelas, patios de hospitales o estacionamientos de autobuses para evitar ser atrapados por el LRA.Desde el comienzo de la rebelión en la década de 1980, alrededor de 30,000 niños han sido plagiados para trabajar como niños soldados y como cargadores, o para servir como "esposas" de los rebeldes y parir a sus hijos. Esta cifra se ha incrementado con 10,000 niños plagiados tan sólo en los 18 últimos meses.A pesar de la gravedad de la situación humanitaria, se ha recibido menos del 10% de los $130 millones solicitados por la comunidad humanitaria para el 2004. En algunas áreas, la tasa de desnutrición registrada entre los niños alcanza hasta el 30%. El miedo a los ataques de los rebeldes afectó gravemente la temporada de siembra lo cual amenaza con agravar la ya severa escasez de alimentos en los próximos meses. Los servicios médicos casi no funcionan al irse agotando sus reservas y sus trabajadores huyen para salvarse de los ataques del LRA.Incluso con los progresos significativos en el proceso de paz que tienen lugar en el país vecino Sudán, la paz en Uganda es endeble ante estos hechos. La "historia de éxito" que representa Uganda en las mentes de los responsables de formular las políticas económicas del mundo, contrasta ásperamente con la tragedia de conflicto en el norte y el este que no muestra señales de disminución.
La rebelión de 18 años contra el gobierno encabezada por el Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés) ha obligado a más de 1.6 millones de ugandeses -la mitad de ellos niños- a huir hacia campamentos miserables y atestados para poder escapar de ataques y matanzas sin sentido. El número de personas internamente desplazadas casi se ha triplicado desde el 2002. Los ataques sobre objetivos civiles vulnerables continúan y son efectuados por niños soldados mucho más jóvenes que sus víctimas.El aspecto más desconcertante de esta crisis humanitaria es el hecho de que se trata de una guerra combatida por niños contra niños - los menores constituyen casi el 90% de los soldados del LRA. Algunos reclutas tienen tan solo ocho años de edad y son enlistados por la fuerza durante los ataques a los pueblos. Los niños son tratados con brutalidad y obligados a cometer atrocidades contra sus compañeros plagiados e incluso contra sus hermanos. Los que tratan de escapar son asesinados. Para quienes viven en constante miedo, la violencia se convierte en un modo de vida y el trauma psicológico es incalculable. Por temor al secuestro, oleadas de niños, a menudo en compañía de sus madres, abandonan sus hogares cada noche y caminan durante horas, desde los pueblos vecinos para alcanzar a la seguridad relativa que ofrecen las principales ciudades, sólo para caminar de regreso a casa al despuntar el alba. Aproximadamente 40,000 "viajeros nocturnos" duermen bajo puentes, en escuelas, patios de hospitales o estacionamientos de autobuses para evitar ser atrapados por el LRA.Desde el comienzo de la rebelión en la década de 1980, alrededor de 30,000 niños han sido plagiados para trabajar como niños soldados y como cargadores, o para servir como "esposas" de los rebeldes y parir a sus hijos. Esta cifra se ha incrementado con 10,000 niños plagiados tan sólo en los 18 últimos meses.A pesar de la gravedad de la situación humanitaria, se ha recibido menos del 10% de los $130 millones solicitados por la comunidad humanitaria para el 2004. En algunas áreas, la tasa de desnutrición registrada entre los niños alcanza hasta el 30%. El miedo a los ataques de los rebeldes afectó gravemente la temporada de siembra lo cual amenaza con agravar la ya severa escasez de alimentos en los próximos meses. Los servicios médicos casi no funcionan al irse agotando sus reservas y sus trabajadores huyen para salvarse de los ataques del LRA.Incluso con los progresos significativos en el proceso de paz que tienen lugar en el país vecino Sudán, la paz en Uganda es endeble ante estos hechos. La "historia de éxito" que representa Uganda en las mentes de los responsables de formular las políticas económicas del mundo, contrasta ásperamente con la tragedia de conflicto en el norte y el este que no muestra señales de disminución.